Esta vez contare la historia como paso, no empezaré con la típica frase introductoria érase una vez o era un día, porque esta no es la típica historia. Era esa calurosa primavera del 69, yo estaba embravecido en aquella loca moda que era el Rock´n´Roll, que para mi consistía básicamente en dejarme el pelo crecer hasta que el flequillo me tapaba los ojos cuando caía el agua sobre mi cabeza y tomar LSD como si fueran gominolas intentando tocar la guitarra colocado. El festival de Woodstock estaba aun tiro de piedra y todos soñábamos con ver tocar a Hendrix. Yo yacía ahí, tirado en ese tugurio de habitación, era mi cueva, nadie hubiera dicho nunca que fuera eso una habitación de residencia sino más bien mi propia habitación de mi casa
Le pegaba el último trago a la cerveza, ese en el que siempre piensas el porque las cosas buenas siempre se acaban pronto, y me armé con mi guitarra. Mis dedos bailaban sobre ella, intentando imitar a mis ídolos, deseando componer alguna canción que fuese a ser recordada.
Y Fue entonces cuando escuche un portazo
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