domingo, 8 de noviembre de 2009

A Hard Day´s Night

Sus pelos bailan a merced del viento y sus frías manos se deslizan por su vestido blanco. Su lengua relame sus pálidos labios. Sus ojos no paran quietos, ondeando como una barca con olas abismales. Ella está en un oscuro cuarto, apoyada en su ventana pero su mente está en otro sitio, en otro lugar, en otro momento. Ella está harta de ocultar sus sentimientos en vanas metáforas y cuenta por puñados sus últimos desastres. Intenta avanzar pero su pasado le pone piedras en el camino y cada vez le cuesta más encontrar la luz en el final del túnel. Ansía salir de ese bucle oscuro que la mantiene enclaustrada en su propia jaula. De repente oye un ruido y su corazón parece salírsele del pecho. Se da la vuelta y ve no más que lo que le permite ver la luz que proyectan dos velas
blancas puestas en su mesa. Comienza a fijarse en la lóbrega habitación en la que se haya y no ve nada que indique movimiento, pero si ve un espejo. La luna llena y la mera luz de las velas reflejan sobre él y permite que ella se vea en el espejo. Se queda quieta y se mira y entonces, cae en la cuenta de quien es ella de verdad y cual es su autentica naturaleza. Tras ello, se humedece los dedos y apaga las velas que alumbraban su habitación. Se tumba en su cama, y resoplando se dice a si misma: “por fin”.

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